La clase en silencio, los pupitres separados unos de otros. La
hermana Concha avanzaba entre ellos despacio, a veces con un libro entre las
manos, otras veces con unos folios fotocopiados.
-¡Carlos mirando tu hoja!- y Carlos la miraba como un
conejillo sorprendido por algún sonido extraño.
-Silvia ¿otra vez te has perdido?- Y Silvia se ponía roja,
pero no tan roja como mi hoja cuando me la devolvían corregida. Cuanto boli
rojo se gastó la pobre hermana Concha corrigiendo mis faltas de ortografía.
Así eran las tardes de dictado.
Cómo le gustaba a la hermana Concha hacer dictados, además y
especialmente, los jueves.
Lo recuerdo bien porque eran los días que llegaba más tarde
a casa, no me podía marchar hasta que no copiaba el texto correctamente debajo
de mi despropósito.
Y así una tarde de jueves como otra cualquiera, llegó la
monja de nuevo con unos folios.
Comenzamos a separar las mesas unas de otras y nos
dispusimos a esperar a que la hermana Concha empezara a dictar:
-“El petirrojo (coma) que
saltaba buscando gusanos (coma) se posó de pronto sobre tierra recién removida por un perro que quería
hacer salir a un topo de su madriguera (punto y
seguido) Mary (M-A-R-Y) miró hacia
ese lugar y (coma) en medio de la tierra (coma) vio algo que parecía un anillo de hierro o
bronce oxidado (punto y seguido) Al
agacharse a recogerlo se dio cuenta de que era algo más que un anillo (dos puntos) era una vieja llave que (coma) a juzgar por su aspecto (coma) había estado enterrada durante largo tiempo
(punto y aparte)
Mary
(M-A-R-Y) la recogió y la miró con expresión casi asustada (punto y aparte)
(guion) Quizás ha estado enterrada por diez años (guion) murmuró (guion) (punto y
seguido) (se abre el interrogante) Será la llave del jardín (se cierra interrogante)”
-Muy bien, hasta aquí. Paso a
recogeros el dictado…
Miro mi hoja, ay mi madre…
-¡Lucía! ¡Pero si solo has puesto el
nombre!!
Sin levantar la mirada del pupitre,
notaba mis mejillas encendidas.
-¡Pero bueno! ¿Qué ha pasado? ¿No
sabes que si te pierdes, tienes que levantar la mano y yo repito la frase??
-Es que…
-Es que… ¿qué? ¿Te has perdido o es
que no querías quedarte hoy después de clase? ¿Es eso?
-No…
-Porque si es eso te ha salido mal,
porque te vas a quedar igualmente.
-No… no es eso…
-A ver ¿qué ha pasado entonces?
-Es que no me di cuenta…
-¿Qué no te diste cuenta de qué?
-De que estaba escuchando sin
escribir…
-Ay mira, es que hoy no sé si estás
lela o qué, vete al baño a lavarte la cara y vuelve rápido que hoy te quedas.
Cuando casi todos mis compañeros se
habían ido, la hermana Concha nos dio una hoja del texto que había dictado a
cada uno de los que nos habíamos quedado después de clase.
«¿Cómo será un petirrojo? ¿Qué era esa llave? ¿Qué abrirá?
¿Había un jardín? En el pueblo hay muchos pajaritos… ¿alguno será un petirrojo?
Seguro que si no lo hubiera mirado, hubiera escrito “peti rojo”».
-¡Lucía!! ¡¿Quieres ponerte a
escribir?!
-¡Sí! Perdón…
No recuerdo exactamente cuánto
tiempo pasó, hasta que en otro dictado volvió a aparecer Mary y su jardín. Poco
a poco fui descubriendo que aquella niña también había estado tan sola y tan
necesitada de un refugio como yo.
«¿Cómo será la India? Dios que guapo debe de ser
“D-i-c-k-o-n” ¿Qué es un páramo? Madre mía la
señora “M-e-d-l-o-c-k” es igualita a mi tía Rosita».
"Con
movimientos lentos, él se acercó al matorral y dio sonidos casi iguales a
los del petirrojo; éste contestó como si respondiera a su pregunta.
–Dice que es tu amigo.
–¿Tú crees que lo es? –preguntó ansiosamente
Mary.
–No se acercaría si no fuera tu amigo y le gustaras –contestó Dickon.
–¿Entiendes todo lo que dicen los pájaros? –inquirió Mary.
–No se acercaría si no fuera tu amigo y le gustaras –contestó Dickon.
–¿Entiendes todo lo que dicen los pájaros? –inquirió Mary.
La sonrisa de Dickon se
acentuó al mismo tiempo que se frotaba su áspera cabeza. –Creo que sí y
creo que ellos también me entienden –dijo–. He vivido por
tanto tiempo en el páramo, que me siento como si fuera uno de ellos."
Era ahora o nunca, debía preguntarle a la
hermana Concha como se llamaba el libro del que sacaba esos textos. Me daba
muchísimo corte preguntarle, como odiaba eso de mí, el que me diera vergüenza
casi todo. Pero era la que llevaba la biblioteca del colegio y gracias a ella
había conocido a Katrin, así que tenía que intentarlo.
-“El jardín secreto” se llama, pero aquí no
lo tenemos.
«Vaya…»
Esperé para ver si me decía donde entonces
lo podía encontrar, pero la mujer no dijo nada.
-Lucía, espera…
-¿Si?
-Con lo que te gusta leer… ¿Cómo puedes
hacer tantas faltas de ortografía? Porque lo de que tengas tan mala letra… es
otra cosa, pero que hagas esas faltas…
«Ay no, me tendría que haber ido…»
-No sé…
-Es que no te fijas, eso debe de ser, que
no te fijas. Tienes que prestar atención a cada palabra mientras lees y a los
signos de puntuación, fijarte bien donde va cada uno. Y por favor, deja de
meter comas sin ton ni son, que ya sé que regaño a tus compañeros por no poner,
pero es que tú haces todo lo contrario. Pero bueno, lees muy bien en voz alta y
se nota que no te da tanta vergüenza desde que Marcos os da clase de teatro,
(el sustituto de la profesora de inglés, el único hombre que nos dio clase en
mucho tiempo, creó un pequeño grupo de teatro con los que éramos más tímidos).
Me fui a casa bastante triste, no porque la
hermana Concha me hubiera dicho algo que no fuera cierto, sino porque sentía
que en verdad yo era muy tonta, mi tío siempre me lo decía cuando cada verano
en las dos semanas que él pasaba en el pueblo, me daba repaso de matemáticas.
-T-O-N-T-A- me repetía mientras daba golpes en la mesa de impaciencia, pues le
estaba fastidiando la hora de la siesta.
Y es que aunque me esforzaba, algunas cosas
me costaban mucho y se me pasaron las ganas de saber más sobre aquella niña y
su jardín.
Un día cuando ya iba al instituto, me quedé
en casa. Estaba con un poco de fiebre y me sentía muy mal. Mis hermanas ya no vivían
allí, mi padre solía desaparecer en cuanto alguien se ponía malo y mi madre no
podía quedarse cuidándome porque era la única que en aquella época tenía trabajo.
Así que me ayudó a acomodarme en el sofá con la mantita, me acercó el teléfono
de casa y me puso pañuelos y cosas ricas para comer en la mesita del café.
Después llamó a su trabajo y avisó de que
llegaría un poco más tarde, salió a por medicinas y cuando regresó llevaba
además una bolsa del videoclub de la esquina.
-Lucía cariño, pensé en alquilar una
película para que no se te hiciera el día tan largo, aunque seguro que tu padre
está al caer… «eso ya no me hacía tanta gracia», pero no sabes
lo que he encontrado mientras buscaba una que te pudiera gustar…
-¿Ed qué?-dije con esa voz de pato que
suelo tener cuando me resfrío.
Y… sacó… de… la… bolsa… así, despacio… ¡la
cinta de vídeo de El Jardín Secreto!
-¡Mamá!! ¿Segudo qué ed eda? La del dibro
me refiedo… ¿eda de los dicdados?
-Hija… pues no sé, yo creo que sí… aquí
dice…
-¡Diii mamáa!! ¡Ed eda!!
-Ale cariño, pues te la pongo y me voy, que
no puedo llegar más tarde. No dejes que se suba la perra al sofá contigo.
Lo primero que hizo mi perrita Bunny en
cuanto ella se marchó fue subirse al sofá conmigo, tumbarse bien pegadita a mí
y meter su hocico en mi sobaquillo. Como le gustaba hacer eso.
Comenzó la película… ¡Oh dios mío ahí
estaba el petirrojo!!
¡Y la llave! Y Dickon, Colin… y el Zorro… y
¡Nut!… ahí estaban todos.
Ahora volvían… ahora que ya de sobras sabía
cómo era un petirrojo, aunque nunca hubiera visto uno en persona. Que comprendía
que era un páramo, que soñaba con ir a la India… ahora que entendía, lo que
realmente fue aquel jardín para aquellos tres niños que habían sido un poco
olvidados. Ahora estaban ahí… y no pude ser más feliz.
Cuando mi madre llegó por la noche, volví a
ponerla y esta vez la vimos juntas.
Como se emocionó… mi madre es de emocionarse,
la verdad. Qué bonito fue vivirlo con ella que tantas veces le había contado en
los días de los dictados, lo intrigada y fascinada que estaba con esa historia
y la de veces que había fantaseado con convertir el abandonado huerto de casa
de mi abuela, en mi propio jardín secreto.
A partir de ese día, cada vez que hubo un
resfriado en casa y aunque en aquel tiempo no podíamos darnos demasiados
caprichos, aquella película era alquilada.
Con diecinueve años la compré en DVD...
Y ahora junto con los libros que voy atesorando, aquella historia y todos los recuerdos que le
acompañan, están conmigo para siempre.
-El jardín secreto (The Secret Garden) escrito por Frances Hodgson Burnett en 1910:
"Mary Lennox, vive en la India donde su padre trabaja para el gobierno inglés y su madre se pasea de fiesta en fiesta. A sus nueve años de edad, Mary se dedica solo a hacerle la vida imposible a las criadas nativas encargadas de su crianza, pero de la noche a la mañana sucede algo que lo cambiará todo: un terrible brote de cólera mata a sus padres. La pequeña es enviada al norte de Inglaterra con su tío, Archibald Craven, del que dicen que es un desdichado jorobado, con tan mal humor que no permite que nadie se le acerque. Hasta allí viaja la niña, primero por el mar y después atravesando de noche la negrura del páramo para encontrarse a solas en una mansión con más de un centenar de puertas (casi todas cerradas a cal y canto) en cuyos corredores resuena un misterioso llanto (el de Colin Craven). Más tarde hallará un jardín amurallado que no ha sido abierto en diez años, un pájaro de pecho rojo, un niño encantador de animales (Dickon), un viejo jardinero gruñón… y quizá una llave escondida".
(En la película es un terremoto en la India, lo que deja a Mary huérfana).
Si te fijas bien, el mundo entero puede ser tu jardín.
*Desde entonces el petirrojo se convirtió
en algo así como un amuleto para mí, por eso siempre aparece escondido en algún
rinconcito de mis blogs, en las tazas de mi hogar, en alguna de mis artesanías y en mi tallercito.
Nunca olvidaré la primera vez que vi uno de verdad aquí:
Nunca olvidaré la primera vez que vi uno de verdad aquí:
(Gracias a los que me permitís abrir el corazón).
He pasado un rato muy agradable leyendo la historia de la profe ,los dictados,las faltas de ortografía ..tus ensoñaciones y me ha recordado tanto a mis alumnos..
ResponderEliminarSabes?niñas y niños,como tú tendría que haber muchos.Transgrediendo las normas ,creativos,incluso desobedientes(dentro de un orden.ya me entiendes) al dictado si la historia era tan apasionante.
Eras una niña con una gran comprensión lectora y auditiva y navegabas por tu mundo.Qué guay!!
Yo también fuí educadamente rebelde(sonrisa)
Imagino el cariño que tendrás a ese libro,dvd y todo lo que sean cuentos.
Yo también los compro
Lua,preciosa amiguca,me ha encantado tu historia.Olé por tíiii
Besucos
Gó
*Perdona,me confundí en una palabra por eso eliminé el otro comnetario
¡Hola cariño!! :) Bueno... yo en verdad era una niña muy obediente, si no hacía algo era porque de verdad no me salía, o porque me despistaba pensando en otras cosas. Me salió un poco más de carácter a partir de los quince años, antes de eso era un corderito asustado... pero de los dieciséis a los dieciocho, sí me volví más rebelde. Aprendí a enfrentarme a mis miedos, que muchos de ellos se generaban en casa de mis padres y en la casa de mi abuela. Conseguí liberarme de todo lo que me hacía daño y me fui en busca de mi felicidad.
EliminarBesos mi Gó preciosa ♡
Una historia encantadora la que cuentas, la cual me ha resultado muy entretenida cuando hablas de los dictados del colegio, y esos sentimientos que te abordaban al escuchar entusiasmada las aventuras del cuento, y he recordado aquellos tiempos en mi caso, tan lejanos en el colegio de monjas donde pasé unos de los mejores años como suelen ser los de la niñez.
ResponderEliminarUn placer la lectura Lua.
Un abrazo.
Hola Elda :) gracias por tus bonitas palabras preciosa. Los libros fueron para mí un poderoso aliado, ellos me ayudaron a escapar un poco de lo que me entristecía. Sobre todo me encariñaba con aquellos donde el/la protagonista, tenía una infancia algo difícil y por tanto se sentían solos. Ese tipo de personajes conectaban conmigo de una forma, que de verdad los sentía como verdaderos amigos. Aquí en este desván, hablando de ellos, siento de alguna manera que les devuelvo aunque sea un poco, todo aquello que me dieron.
EliminarBesitos ♡
No he leído ese libro pero yo tambiën era una gran lectora. Un beso
ResponderEliminarHola Susana :) creo que las personas que necesitábamos de otras realidades, nos gustaba mucho leer. Besitos ♡
Eliminarel jardín secreto!! me lo regalaron cuando era adolescente y lo he leído como mínimo tres veces. todavía lo tengo por casa, y está decidido, lo voy a leer otra vez más. recuerdo que la protagonista era una niña muy arisca, pero poco a poco se iba haciendo más tratable.
ResponderEliminarme encanta el relato que has escrito. lucía es una niña con curiosidad y con inquietudes, y eso siempre es bueno. lo del grupo de teatro para alumnos tímidos es genial. alguna vez he hecho teatro, y en el escenario se pierde la timidez.
y qué gracia cuando la niña habla con voz de acatarrada! :D
me ha encantado esta entrada. besos!! :*
¡Hola Chema!! :D ¡Que alegría siento cada vez que veo tus letritas lindas!! ♡
EliminarSiii lo más bonito es que el jardín va cambiando poco a poco el carácter de los niños y con ellos también, el de los demás. Es toda una metáfora de la vida y de como después del dolor nos podemos recomponer; con dedicación, ternura y amor... cuidándonos y cuidando a los demás y dejando entrar en nuestras vidas el sol, el aire libre y la alegría.
De pequeña no tenía quien me llevase a la biblioteca de mi ciudad, ni siquiera sabía como se hacía, así que dependía mucho de la del colegio y de los libros que me podía facilitar la hermana Concha, pero como me daba todo mucho apuro me quedé con las ganas muchas veces de pedirle libros y en casa en aquella época jamás pedía nada. Cada vez que explico algo sobre ellos, sobre los libros que de alguna manera me salvaron de acabar siendo una roca dura y fría, siento que les agradezco.
Besitos :)
Una historia preciosa, me ha encantado.
ResponderEliminarYo leí un libro que se llamaba El jardín olvidado que me encantó.
Besitos guapa
Hola Marta preciosa :) no conozco ese libro pero me lo apunto, si te gustó mucho seguro que es especial. Miraré de leerlo guapísima. Besitos ♡
Eliminar¡Que bien cuentas esta linda historia!
ResponderEliminarDe mis dictados y los bolígrafos rojos mejor no hablo, si hasta ahora se acaba el rojo en los correctores de internet.
Pero ese no escribir por quedar prendada de la historia me parece genial.
Tienes mucho arte para contar. deberías dedicarte profesionalmente...¡¡Ah!! ¿Que ya lo haces? No me extraña. Oírte debe ser encantador (en el sentido literal de encanto).
Nunca he tenido jardín secreto, pero mi imaginación si me ha llevado de niño a lugares que me alejaban de la realidad, cuando no me gustaba.
Esa parte de mi todavía está vigente.
Es apetecible pasa por aquí y leerte, persevera señorita; tus fans necesitamos tus letras.
¡Hola Guille bonito!! :D Nooo cielo, ya me gustaría pero no me dedico profesionalmente a escribir. Solo subo como hobby mis cuentos en audio en youtube y escribo en mis blogs nada más (aquí en el desván, más bien para desahogarme y compartir cosas que me gustan). Mi verdadero trabajo es realizando actividades en un centro con niños en riesgo de exclusión social, allí en ocasiones les narro algún cuento mío inventado y otras veces les leo algún otro de los que tenemos en el centro, pero hacemos más cosas... como pequeñas excursiones, juegos, tallercitos de teatro, muñecos de plastilina, manualidades sencillas, etc.
EliminarGracias por tus hermosas palabras, y por el cariño con el que me tratas siempre, tu opinión me importa mucho y solo de pensar que creías que me dedicaba a escribir o narrar de forma profesional, me ha hecho que se me subieran los colores de pura felicidad.
Muchos besitos :)
Bueno, narrar un cuento a los niños ya es dedicarse profesionalmente a contar historietas.
EliminarSeguro eres una crack.
Colores de felicidad siempre favorecen.
me encantas...
ResponderEliminarleertE me lleva a una niñez desconocida
me meto en tus letras llenas de magiA
aBRAZOS QUERIDA
¡Hola Mucha linda!! Gracias hermosa :)
EliminarTodas llevamos una niña adentro, aunque nos digan lo contrario... nunca se marcha y la mitad de los problemas se solucionarían si la escucháramos, pues suele tener la clave de las cosas que a veces nos hacen infelices de adultos/as.
Besos :)
Qué bella eres Lua.
ResponderEliminarTienes un don y sensibilidad especial para contar cosas y haces que lleguen de una manera tan especial que consigues que por un momento no se vea el sufrimiento y pena que hay tras el cuento y la protagonista.
A ver si consigo ir despertando, tú ya sabes, jajajaja
Besitos mi niña linda.
Livy, gracias... por entender siempre. Gracias por ir más allá, por ver un poco más que los demás. Eres una persona muy especial y te aprecio tanto...
EliminarBesitos mi Pizqui preciosa.
Lua,vengo a dejarte un ramito de margaritas,las más blancas que he encontrado entre el frío de Noviembre(metáfora)-Eres tan dulce y cariñosa que siempre que leo tus comentarios me sacas una sonrisa y muchas emociones.Gracias preciosa!
ResponderEliminarMira ,tengo un libro que quizá te guste.te dejo el nombre y la autora e investigas por ahí.Es una cosa preciosa.
Besucos
Gó
"La felicidad de vivir con la Naturaleza!
EL diario de Edith Holden
LO compré por internet
¡Hola mi querida Gó!! :) Mis flores favoritas del mundo mundial son las margaritas!! Así que tomo ese ramito que me entregas como un tesoro. Gracias cielo mio por tus palabras siempre llenas de cariño. Visitarte y saber de ti me da calorcito en el corazón.
EliminarHe ido a mirar el libro que me dices y ¡diooos es hermoso!! Gracias por dármelo a conocer, seguro que acabará entre mis favoritos. Muchos besos, cariño :)
Las cosas importantes no siempre son las mismas para todos, ni las razones de por qué lo son. En la diversidad está la gracia la vida, si pensáramos de la misma manera en cada una de las cuestiones sería muy aburrido.
ResponderEliminarSaludos,
J.
¡Hola José! :) Tienes toda la razón...
Eliminar¡Besitos!!
Qué bonito texto, Lucía! Me he quedado un rato más frente al ordenador leyéndolo. Recuerdo ese libro. Se lo regalé a mis sobrinas cuando eran pequeñas y vimos la peli juntas. Y aunque sé que me gustó mucho, no recuerdo exactamente por qué o de qué iba, tengo solo una ligera idea...
ResponderEliminarNo sé si o que cuentas es autobiográfico o solo una invención pero da igual. A mí también me encanta leer, no concibo mi vida sin lectura.
Besitos!
¡Hola Rosana!! :) Me gusta escribir y normalmente escribo cuentos y relatos inventados, pero cuando la protagonista se llama Lucía, sí es autobiográfico... en un principio nunca pensé que acabaría contando algunas cosas personales, pero un día me salió así y me hizo sentir mejor el sacar algunas cosas hacía afuera. Siempre con el mayor de los respetos y cambiando los nombres de los implicados... menos el mío. Son solo recuerdos que de alguna forma me marcaron.
EliminarCuando creé este blog, me planteé que no podría explicar lo especiales que fueron para mi algunos libros o lecturas, sino era sincera con algunas cosas que llevaba guardadas. Besitos preciosa.
Me ha recordado a Matilda, de Roald Dahl, lo has leído??? Matilda era una niña maravillosa con un hambre de lectura igual que esa niña de tu relato!
ResponderEliminarSí :) primero vi la película y años después leí el libro, es uno de mis personajes favoritos. Siempre he sentido conexión especial con esas historias, pues en algunas cosas me sentía identificada. Escribí un cuento hace ya mucho... de hecho fue el primero que subí a youtube, se llama "El Unicornio" y su protagonista se llama Matilda, como homenaje a ella, que siempre me encantó:
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=lfjZF4-E3DU&t=28s
Es muy viejito ya... y tiene muchos fallitos, pero le guardo cariño por ser el primero. Roald Dahl creó historias para ese tipo de niños, los que han crecido en ambientes con personas severas o poco cariñosas. Muchas reglas, disciplina y poco amor. Una vía de escape para esos niños, son sus historias. Hay quien piensa que esas cosas solo suceden en las películas o en los libros, pero sucede más de lo que se piensa y si el niño en cuestión es muy sensible, le afectará a su vida de una u otra manera.
Besos Rosana, gracias por pasarte por este pequeño desván. ¡Besitos!! :)
Volví a leer el libro Lo encontré tirado en el baul de los recuerdos.
ResponderEliminarVolví a sentir lo mismo cuando lo releía
la intensidad de la magia que encierra
un abrazo inmenso
Qué hermoso Mucha :)
EliminarGracias cariño por pasar por aquí y dejar tus hermosas letras.
¡Besitos!!
Tu candor y forma de escribir nos llega a todos
EliminarNUnca dejes de hacerlo
Hola Lua, tienes una magia al contar tus historias, sea cual sea, que es un gusto leerte...besitos guapa
ResponderEliminarMuchas gracias Matilda :)
EliminarMuchos besos preciosa.
Muy bella historia la que narras aunque yo no he leído el libro.
ResponderEliminarSabes que me recordaste los dictados que hacía en clase? A mi me encantaba hacerlos.
Un beso enorme, preciosa, y feliz día.
¡María!! Cielo perdón por responderte tanto tiempo después... en las ultimas semanas no he tenido mucho tiempo de bloguear y voy atrasada con los blogs amigos, en un ratito voy a tu casita y me pongo al día guapísima. Gracias por tus hermosos comentarios y por pasarte por aquí :)
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